Desde el año 2015 comencé a musicalizar con vinilos en Melbourne (Australia). Este es un largo recorrido donde se aprende todo el tiempo, sobretodo a apreciar la profundidad y calidez del sonido que se obtiene con muchos vinilos de tango especialmente los que se prensaron en la década del 60 en Argentina.
Para mi el tango debe sonar bien, lo mejor posible, y usando el equipo correcto, de los vinilos se puede obtener la mejor calidad, calidad que ningún formato digital puede alcanzar. Las discusiones sobre que suena mejor son inacabables, sin embargo, la experiencia de la gente al bailar en una milonga musicalizada con vinilos siempre es mejor. La razón es simple, un buen vinilo tiene en sus surcos todas las vibraciones sonoras que se grabaron, no hay cortes digitales que reduzcan la fidelidad, así entonces la profundidad del sonido es inigualable.